I don’t want excuses /I don’t want your smiles / "I don’t want to feel like we’re apart a thousand miles /I don’t want your attitude /I don’t want your things /But I don’t want a phone that never rings /I want your love and I want it now /I want your love and I want it now... " / (EBTG)

jueves, febrero 25, 2010

careless whisper



Hace tiempo descubrí que escribir ya ni si quiera me salva, y es así, no he encontrado ningún buen pretexto para hacerlo. Me he convertido en una persona más corriente, y eso no es molesto; cuidar a los gatos de dos meses de edad y a la gata recién esterilizada me han convertido en un tipo de las 8 am que cambia la arena, pone más alimento y como ama de casa lava su ropa durante toda la mañana. A las 12 de la tarde me voy desocupando y destapo una Eku, para esas horas ya no se que más “de mi vida”, si me he olvidado de escribir, leer y escuchar música, lo único que me queda es desparramarme en una silla en la azotea y beberme unas cuantas cervezas más mientras veo juguetear a los gatos, esconderse en las plantas y dormirse plácidamente a mis pies. Los gatos, la ropa, los quehaceres del hogar me cansan tanto que a las 11: 30 pm acomodo la colchoneta y me hago espacio entre los gatos; el blanco siempre se duerme al lado de la almohada, y los demás van cayendo a lo largo de la colchoneta; su madre perdió la costumbre de subirse en mi estómago y dormir, aunque ayer lo hizo, afortunadamente todos los gatos se despiertan conmigo, durante todo el tiempo que mis ensoñaciones dan vueltas y vueltas, no hay ni un maullido que me despierte… han entendido que si quieren dormir conmigo, deben levantarse cuando yo sediento a las 9 a.m. destape mi cerveza y les de su lata de salmón en aceite que tanto les gusta.

He pasado temporadas sin poder escribir, y me angustiaba mucho, ahora, no pasa nada, mis emociones están ocupadas en gatos, peleas con los vecinos, actos viles como discutir por cualquier cosa en las calles, ser más intolerante y aprovecharme de ebrios de la cantina de al lado. Ja… creo que siempre mi vida estuvo equilibrada hasta que apareció una mujer, sonaba careless whisper de wham y me enamoré por primera vez, pero un chamaco riquillo se fue con Daniela; después, pobretones, ebrios, peores, mejores, ingenieros, albañiles, biólogos, médicos me han quitado a mis mujeres. En estos momentos, si tuviese una a mi lado, hasta agradecería que un escritorcillo se la llevara. A mi modo son los momentos más budistas que he tenido, por lo menos el desapego a las personas y lo material me es fácil, aunque mi punto débil es el odio hacía la gente, el extremo cuidado a mis gatillos y lo imprescindible de beber cerveza buena: London Porter, Urthel, Carolous… vaya budismo mal entendido, ¡bahhh! pero si el dalai enlamado es más materialista que yo; es lo más que puedo hacer por el zen.

Un vecino me dice que mi problema es que bebo mucha cerveza (lo sabe porque mendiga mis latas vacías), y yo le digo que su problema es que es un ignorante “perderista” que no cree en dios pero si en su mesías amlo; aún así me propuso hacer una asociación de lo que fuese y sacar donativos bajo la mesa para quedarnos con dinero. Yo no necesito de eso, es más, involucrarme con politiquería barata y de doble moral sería un suicidio… solo le sigo la corriente y echo al calentador su propaganda. Hace un par de días me preguntó que porque ya no venía nadie a casa, es decir, porque ninguna mujer me visitaba. -----Gracias a dios no tengo una mujer --- le respondí soltando una carcajada. Se quedó en silencio y se despidió, yo seguí limpiando la arena de los gatos con olor a mierda, cerveza que derramé y soledad lluviosa.

Estoy atado a mi particular pesimismo, a mi muy nueva incapacidad para el amor… atado a mis viejas historias e incluso a los pretextos para escribir.

Etiquetas: ,