I don’t want excuses /I don’t want your smiles / "I don’t want to feel like we’re apart a thousand miles /I don’t want your attitude /I don’t want your things /But I don’t want a phone that never rings /I want your love and I want it now /I want your love and I want it now... " / (EBTG)

lunes, enero 18, 2010

“CASTILLOS EN EL AIRE”

Ahora que lo pienso, Londres no está tan bien; en primera, su British rígido, aunque si, bastante “bonito”, además seguro me dedicaré a los pubs pidiendo y pidiendo pintas de cerveza, y en segunda mi falta de interés para estudiar, me hice ya muy flojo y más apático. Sin embargo, no tengo nada más que hacer, y mucho menos perder, en cualquier momento puedo renunciar, aunque no tengo pretextos de depresión, amoríos o situaciones que involucren sentimentalismos, tan indiferente me es todo que he dejado de escribir. Ja… como platicaba con el serapius terrorificus, quise ser “sensible” con Rubi, y si me gustaba, aunque soy un mentiroso, si me hacía recordar a Ayesha… lo intenté un par de veces y bien, no paso nada, fue un efímero contacto agradable. Por supuesto, en ningún momento yo estuve dispuesto a insistir, aprendí que eso nunca ha valido la pena, solo mostraba mi desesperación por pertenecer a una historia, la que fuese. Se me ha agotado la pulsión por “crearme situaciones esperanzadoras” y esas ñoñerias. Desde hace años he tomado el rumbo hacía la no trascendencia en todos sentido… ja, menos en lo que se refiere a “las relaciones”, aunque me he topado con mujeres de buena voluntad que desgraciadamente creen que yo soy un hombre de “esos buenos” que buscan algo estable. Para mi está bien cervezas, sexo y desapego. Hay que ser un idiota para “construir castillos en el aire”, solo estoy construyendo la adicción por la cerveza y la frivolidad para con las relaciones humanas. London seguro no me hará “feliz”, pero me quitará esas enormes ganas que en ocasiones me dan de acuchillar gente caminando por las aceras del DF; nunca estando en España o Suiza extrañé la sucia y desesperante ciudad de México, el sentimiento de más desesperanza quizá, era cuando al regresar percibía ese fétido ambiente de México… tan mal me hacía el regreso, que ni sabiendo que “alguien me esperaba” era un aliciente para no encerrarme, así que si se aparecían tras mi puerta que bueno, si no, daba igual… al final se iba a terminar.

Londres no creo me haga escribir, tampoco me hará fan del Arsenal o el Chelsea, no creo convertirme en un hoolligan o en un gentleman inglés, pero al menos huiré un rato, tendré un respiro, ya luego decidiré a que renunciar más.


Etiquetas: , , ,